Lo primero: Un homenaje al maestro

Inaugurando este espacio quiero partir con un recuerdo para el maestro Andrés Perez. Este mes se ha cumplido un año más de su partida y lo hemos recordado celebrando El Día del Teatro en Chile.
Al Perez lo conocí cuando fue contratado por el municipio de Rancagua para realizar un gran espectáculo en el estadio El Teniente. En esa oportunidad, Andrés montó la batala de Rancagua, con la actuación de decenas de niños y jóvenes de la ciudad. Llegué a trabajar en el equipo de apoyo que se encontraba construyendo una gran escenografía, utilería y vestuario. Allí el otro Andrés, el Pavez, nos enseñó a darle forma al mimbre y transformarlo en caballos gigantes. Después pasé a trabajar directamente con el Perez como narrador del espectáculo. Así pude conocer algo de su mano de director, donde cada acotación que hacía era una clase completa.
El espectáculo finalmente fue algo muy raro, hubo problemas de energía electrica y en la mitad de la presentación se fue el audio, lo que era un gran problema, ya que los niños se guiaban por la narración para hecer lo que correspondía. Sin embargo, ese tremento grupo de niños continuó como si nada pasara, improvisando su propia batalla. Posiblemente no fue igual a la que intentábamos recrear, pero fue tan intensa como debe haber sido aquella. Más tarde en una comida con todo el equipo El Pérez dijo: "Llegué aquí pensando que sabía mucho, y después de ver lo que hicieron estos niños, me doy cuenta que no sabía nada."
Poco después lo volví a ver, en Santiago, y nada menos que actuando en su obra "La huida", hablamos poco, estaba mal de su garganta y debía volver a actuar en poco rato más. Después de eso, nunca más lo vi. Un brindis opr el gran Andrés Pérez.
Para conocer más sobre él lo puedes leer aquí