01-03-09

«El que es falible, no debe dar fallo. El que puede ser juzgado no debe ser juez» (Martí)


El Departamento de Estado de EEUU ha hecho público un informe sobre derechos humanos en el mundo, en él se lanza acusaciones a más de 190 naciones. Ante esto me parece necesario señalar algunas realidades que se viven al interior del propio EEUU.

De acuerdo con un informe publicado en septiembre de 2008 por el Buró Federal de Investigación, durante el año 2007 el país registró 1,4 millones de delitos violentos, incluyendo 17 mil asesinatos y 9,8 millones de delitos contra la propiedad. Ya estamos acostumbrados a recibir noticias sobre crimenes violentos y matanzas relacionadas con el racismo, como los crímenes que afectaron a estudiantes chilenos esta semana.

En la base naval de Guantánamo permanecen enjaulados unos 250 reos, recluidos al margen de toda asistencia legal. Los confinados no tienen derecho a abogados ni a recibir noticias de sus familiares y amigos, según confirman testimonios de personas que fueron liberados luego de años de encierro allí, sin cargo alguno en su contra.

"Los detenidos en Guantánamo han continuado sufriendo confinamiento solitario, abusos psicológicos, alimentación forzada abusiva de huelguistas de hambre, abusos religiosos, y abusos físicos y amenazas de violencia de parte de guardias y de equipos de la Fuerza de Reacción Inmediata", señala el informe del Centro para los Derechos Constitucionales (CCR).

Más allá de Guantánamo, en el propio Estados Unidos, uno de cada 100 ciudadanos está en la cárcel.

La estadística fue difundida a mediados del pasado año por el Pew Center on the States, al develar que dos millones 319 mil 258 personas estaba en prisión. Ya sea per cápita o en simples números, se trata del país con mayor población penal.

El elemental derecho a la vida, soporte de todos los demás, es ampliamente violado por las irregularidades en la aplicación de la pena de muerte. Es frecuente la imposición de esta sanción en procesos en que los acusados han sido pobremente defendidos. De los que perdieron la vida a manos del verdugo el 59% era afronorteamericano, hispano o perteneciente a otras minorías, cuyo conjunto no sobrepasa el 20% de la población del país. Y en Alabama el 69% de los ejecutados es negro. Y hay cifras que resultan muy impresionantes. Por ejemplo, en juicios por homicidio de 1.000 personas blancas fueron condenados a la pena máxima 93 afronorteamericanos, en tanto que por la muerte de 1.000 negros no fue condenado a esa pena ningún blanco.

Escándalos por escuchas telefónicas sin permiso judicial, muertes de mexicanos en la frontera con Estados Unidos, resurgimiento de los grupos de odio en la sociedad, reiteradas denuncias por las torturas a prisioneros y el amparo a terroristas, entre otros fenómenos, completan las lagunas en el expediente deEEUU en materia de derechos humanos.


1 comentario:

LA LOCA DE LA CASA dijo...

Los EE,UU. dando ejemplos... (ja).